Lo que se espera

Desde Acá

Heberto Taracena Ruiz

 

UNO. Nombramientos pueden simbolizar, en serio, banderazo de entrada a buen gobierno.

DOSS. Lo que tabasqueños esperamos, a mediano plazo,  será constatar buenas nuevas, cada parte de la administración pública, en contra de tantas malas viejas.

TRES. De suerte que cargos  anteriores, desempeñados  bien a bien, podrán hacer las veces de acreditada carta de recomendación de presentados.

CUATRO. Dentro del silencio que dice todo y nada, la espera carga dolorosas razones y sinrazones.

CINCO. Solemos compartir, a querer o no, la impresión de estar envueltos en marasmo  apelmazado  período sobre periodo estatal.

SEIS. Y, si pues, de ese marasmo queremos despertar no repentinamente, antes poco a poco desde el uno de octubre del año corriente.

SIETE. Incluso, se da el caso de ocurrentes saliendo al desquite, con la chacota de ver colocadas estatuas en el Boulevard del Basurero, así llamado por la gente, de no pocos  ex titulares del Poder Ejecutivo. O de empacar a cierto mandatario como Embajador de la India. Nomás repito.

OCHO. Pero el asunto no ha de verse con ironía, por más fina y disimulada que parezca, estando por medio Tabasco y esperanzas fallidas.

NUEVE. Por ello, el paquete de quienes serán nuevos funcionarios no ha de llenarse de pitos y flautas.

DIEZ. El grueso de la población que no busca chamba ni colocación oficial, quiere sentir que el progreso retome su rumbo, atendiendo incluso obras dadas por muertas por el abandono oficial, como la Plaza de Toros.

ONCE. Nuestros caminos vecinales ya deben tener renovado tratamiento, no las trillas de siempre, junto a otras ahora mismo multiplicadas con recursos federales.

DOCE. Inaplazable que en tratándose de cultura, se haga eso, cultura, extra oficinas, dentro de los 185 Centros Integradores, incluidas cabeceras municipales, de menos a más.

TRECE. Que la educación se revise con objetividad, sin prejuicios que empequeñecen, para aprovechar lo útil y agregar pendientes, apoyando a maestros y la infraestructura, sin  intromisión de sindicatos como no sea en la justa defensa de agremiados.

CATORCE. Deseable verse en forma concreta la participación de beneficiarios en la obra pública, como sello vivo del valor que ésta tenga en la memoria colectiva que no deja pasar una. (Perdón Ernesto Sábato. El túnel)

QUINCE. La gente espera, es cierto; pero no debe caber la menor duda que está dispuesta a dar la mano  en casos concretos.

DIECISEIS. Y esto no levantará obras salomónicas de la noche a la mañana. Hay demasiadas reservas y desconfianzas.

DIECISIETE. En fin, que quienes han dado resultados ciertos, lo sigan haciendo a guisa de confirmación clara de valores, testificando el amor a Tabasco hecho verdades. No mucho pedir.