La emblemática plaza fue demolida y edificada de nuevo durante el gobierno de Andrés Granier y desde esos entonces no ha recibido mantenimiento; luce deteriorada y sucia
Eduardo Beltrán
La Plaza de Armas de Villahermosa que fue remodelada durante el gobierno de Andrés Granier luce hoy totalmente deteriorada y sin mantenimiento, con fuentes que no encienden e infraestructura que se cae a pedazos.
Además de eso, nadie supervisa a quienes instalan lonas por diversos lados, como los que tienen permiso ahí de ejercer el servicio de boleado de zapatos.
De plano los juegos que fueron instalados para los niños ya no están, y tiene mucho que cerró una cafetería que tenía concesionado parte del inmueble.
Las losetas se quiebran con facilidad, las fuentes no encienden, no existen los focos que hubo en las jardineras, los techos de los portales lucen sucios, hay cables pelados por todos lados y las bocinas que tocaban a determinada hora las melodías tabasqueñas ya no funcionan.
En todo el paisaje, el único que tiene la suerte de recibir una manita de gato cada año es el Palacio de Gobierno, que siempre es preparado para el grito de independencia.
También se observa que el sitio ha sido aprovechado por los grafiteros que desde hace mucho vandalizaron el inmueble abandonado que alguna vez fue una cafetería.
Los pequeños postes de latón que sirvieron de iluminación de plano se fueron rompiendo uno a uno y los fueron retirando y de noche tiene partes oscuras.
La Plaza de Armas de Villahermosa congrega en sus alrededores los inmuebles de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial; y es considerada un sitio emblemático para el estado.
